El cachopo asturiano es una enooooorme pieza de carne de ternera (preferiblemente de babilla) bien aplastada con un espalmador (para que quede más tierna), rellena de jamón ibérico y queso fundente (havarti, emmental o el que más nos guste) y rebozada luego con harina, huevo y pan rallado. Se fríe y listo para comer.
Yo no lo había probado nunca y tenía la receta apuntada y pendiente de hacer desde que vi el programa 5 de Master Chef 2. Ayer me dió el capricho, buceé por los fondos de mi congelador y solo encontré un trozo de ternera inidentificado en su procedencia así que indagué por los youtubes a ver como podía hacerme un cachopo con un mínimo de garantías a la hora de comérselo. Alguna idea encontré así que... al lío.
Ante la ignorancia de no saber a que parte del animalito pertenecería el trozo de ternera extraído del congelador, me decidí a picarlo en mi prehistórica maquinita que, a pesar de los años, sigue cumpliendo su función como una jabata.
Piqué la carne, la aliñé con sal y pimienta, la metí en un molde y la rellené entremedio con jamón ibérico picadito y un queso emmental rallado que, como dice David de Jorge, andaba tocando la guitarra en el frigo.
Lo rebocé en harina, huevo y panko (ese pan rallado japonés tan especial) mezclado con copos de avena.
Vale, no es un cachopo demasiado ortodoxo que se diga pero queda buenísimo y super tierno.
¿Que parece más una hamburguesa?... posí...pero es un cachopo (aunque no lo parezca). Improvisado, vale, con esos restos que encontramos en el frigo o congelador e intentando ceñirte lo más mejor a la receta tradicional, de acuerdo, pero esta nueva elaboración me sirvió pa quitarme el dichoso capricho de encima. La desviación fué positiva.
Y no tiene mala pinta, ni peor sabor.
Lo serví acompañado de brotes de garbanzos aliñados con aceite de sésamo, salsa de soja y espolvoreado con semis de sésamo negro.
(Y no tuve malas críticas...jejeje...).
Bon profit!!!